DESCAFEINADA

Quién me iba a decir a mí, hace menos de 400 días que a estas alturas de mi vida iba a ser “descafeinada”.
Todo empezó cuando el año pasado dejé de fumar – mejor digo “tuve que dejar de fumar”- ya cuando salí del hospital veía peor…, después empezaron a entrarme unos calores fuera de lo normal: será el “mono” - pensé- , pero un “mono” no dura 12 meses ( creo) , en fin que me fui a hacer unas gafas nuevas : allí mismo , en la Óptica empecé a sentirme Rompetechos.
De gafas nada, al oculista. El oculista de gafas nuevas nada “cataratas”.
Electros, placas, análisis, toma de tensión.
Resultado catastrófico: se acabo todo de golpe y sin aviso.
Fuera café, adiós a la sal, ni mirar el azúcar, ni sueñes con una copita.
-¿y qué como?
-Fruta, mucha fruta y verduras – me contestó.

Casi me desmayo del susto, miré al médico con ojos interrogantes y le dije:
- -¿Podré al menos… eso…?
-Bueno pero sin abusar, que su marido no creo yo que esté para muchos trotes.
El buen doctor no tiene ni idea de cómo es Aurelio, se imaginará a mi marido algunos años mayor que yo y achacoso, y no un jovenzuelo con cuerpo de gimnasio.

En fin , para consolarme de tanto desastre corporal me he ido al súper a comprarme un bote de café descafeinado y eso que es algo que he odiado toda mi vida , después me puse a pensar en los tiempos felices cuando por las mañanas nada más levantarme me atiborraba de café y cigarrillos para empezar a pensar…

En fin…

Lola Bertrand