jueves, 23 de octubre de 2008

NO QUIERO FLORES SOBRE MI TUMBA


Ahora que se acerca el tiempo de difuntos quiero confesaros una cosa : ¡no quiero flores sobre mi tumba!, en realidad no quiero tumba, necesito que lo que quede de mí sea libre y pueda volar al albur del viento o forme parte del prado de flores silvestres que brotarán la próxima primavera…
No me gusta nada ese teatro que se monta en torno a los cementerios y a los difuntos durante dos días al año. Esos gritos de plañidera que duran lo que dura la visita. Esas flores de plástico en colores imposibles que adornan la mayoría de los nichos, ese besar la lápida desesperadamente como si dentro hubiera alguien para recibir los besos…


Tampoco deseo ver - desde donde sea- a mis familiares formando largas colas para poder llegar hasta mi tumba.
En fin, no puedo evitarlo pero me parece una horterada tremenda.
Tampoco quiero una lápida con mi nombre, solamente deseo estar en el recuerdo de los que me aman y seguir formando parte de sus vidas, aunque me haya ido…
Ya se que soy un poco rara, pero…
Abrazos del mar.
Lola Bertrand

14 comentarios:

Catalina Zentner Levin dijo...

Sé que estás triste, Lola, pero pensá en la vida y que vale la pena luchar por ella.

Te abrazo,

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo.Nada de flores ni llantos a quien ya nos las puede ver ni oir. Las flores, en vida.

Anónimo dijo...

Las fotos encajan estupendamente con el texto, Lola, lo cierto es que yo no soy muy amiga de los cementerios.
Abrazos
Eva

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Es algo muy personal. Yo flores tampoco, pero si tumba y lápida. Pero lo que no hace falta que visiten la tumba. Ya sé que quien me quiere me va a querer siempre, aunque no vaya nunca a la tumba. Un beso.

Anónimo dijo...

Tampoco que los familiares se vistan de negro, máxime cuando no hicieron feliz a esa persona mientras vivió. Parecen cuervos que vengan a comer la carroña.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Yo tampoco quiero una tumba: que me esparzan al viento.
Besos.

CATI COBAS dijo...

Una sigue viva en la memoria de los suyos, en las palabras que dijo, en la influencia que ejerció sobre los demás. Una escritora no necesita ni mármol ni flores, ni largas filas de visitas. Con papel y tinta es suficiente. te quiero, Lola...

Anónimo dijo...

Muy buena entrada para pensar...
Saludos
Juanchu

PIER dijo...

No pongas sobre esa losa .
Rosas de mi querer.
Por que desconcertarlos con flores.
Que no podran ver ni oler.

abrazos.

WILHEMINA QUEEN dijo...

Lola, tu sabes que la muerte es solamente un cambio de estado.

NO pienses demasiado en ella, vive la vida, cada momento como si fuera el último.

Mil besos

Marina-Emer dijo...

Hoy solo un saludo:LLego aquí por casualidad,soy Leonesa mi marido que hace 3 meses fallecio era Asturiano y sus cenizas estan en un prado de "Pola de Lena".
Soy muy amiga de Isol que hoy en mi blog encontró tu dirección ya que la había perdido y se ha puesto muy contenta recuperándola.
muy contenta de entrar aquí tan cerca de mi Emilin
un abrazo,
Marina Pastor

Anónimo dijo...

Comparto contigo el sentimiento.
Cuando nos vayamos, Lola, hija, seremos libres, tú sabes de lo que hablo. Y averiguaremos algunas cosas por las que sentimos mucha curiosidad...al menos yo;)...
Pero nada de flores, ni colas, ni gemebundeces...buf, qué lata dejar esa "herencia"...
Aunque ambas tenemos una ventaja; nuestros escritos, que quedarán para siempre...

gaia56 dijo...

Lola yo tampoco quiero flores sobre mi tumba.
Las flores eme gusta disfrutarlas vivas y en vida.
Un abrazo.

Alena.Collar dijo...

Lolademar...
El mar sea contigo, ahora y siempre.
En recuerdo.